El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Burgos ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para el militar de 43 años acusado del homicidio de su mujer, Andrea Bejarano, crimen que confesó y por el que le detuvieron el pasado martes, publica EFE. 

Además, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), el juzgado ha acordado, a instancia de la Fiscalía, medidas cautelares para la protección del hijo de años de la pareja, que se encuentra con la familia paterna y está atendido por los Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, en coordinación con el centro escolar en el que estudia.

Así, se ha acordado la suspensión de la patria potestad del investigado respecto al menor, suspensión de la guarda y custodia y régimen de visitas mientras dure la tramitación del procedimiento hasta que se declare sentencia firme o resolución que le ponga fin.

Y en caso de sentencia condenatoria, hasta que se inicie el cumplimiento de las penas de privación de patria potestad que se impongan.

También la prohibición al investigado de aproximarse al menor a una distancia de 500 metros y acercarse a su domicilio o centro educativo y a otros lugares que frecuente; y de comunicación con el menor, lo que le impedirá establecer contacto escrito, verbal o visual por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático.

Dos días de interrogatorio

El detenido pasó a disposición judicial a la una de la tarde de este viernes, tras más de dos días de interrogatorios, después de que fuera detenido el pasado martes cuando confesó haber matado a Andrea y haber traslado su cuerpo a un paraje de Salinillas de Bureba, a unos 50 kilómetros de Burgos.

La investigación, que se inició después de que el marido denunciara la desaparición de Andrea en la mañana del martes, apunta a que fue asesinada en la tarde noche del domingo, día en el que su familia dejó de tener noticias de ella, en el domicilio que compartía la pareja en la calle Poza de la capital.

El marido habría trasladado, de manera casi inmediata, el cuerpo hasta Salinillas de Bureba, a un paraje con significado sentimental para la pareja; trató de ocultarlo, dejándolo semienterrado y cubierto con unas ramas, de modo que si no hubiera confesado habría sido difícil localizarlo, según fuentes policiales.

El informe del forense determinará la cronología del crimen, y cómo y cuándo se movió el cuerpo, además de las causas de la muerte, si bien la hipótesis que maneja la policía es que Andrea murió asfixiada.

El crimen machista de Andrea Bejarano es el primero que se produce este año en Castilla y León y el quinto de España.