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¿Por qué resulta tan difícil retener a las mejores empresas farmacéuticas en España?

¿Por qué resulta tan difícil retener a las mejores empresas farmacéuticas en España?
L.S.J
L.S.J
Lectura estimada: 3 min.
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Si bien España no es el país de origen de ninguna de las principales empresas farmacéuticas a nivel global como Bayer o Sanofi, sí que alberga muchas de sus oficinas y, además, es el hogar de importantes compañías farmacéuticas españolas como Grifols, Almirall o Cinfa. A pesar de las dificultades económicas por las que atraviesa el país, sigue siendo un gran lugar para el desarrollo de esta industria, pero ¿hasta qué punto lo seguirá siendo en los próximos años?

El sector farmacéutico es cada vez más competitivo a nivel global, y España se enfrenta a algunos desafíos si quiere retener sus mejores empresas farmacéuticas en territorio nacional. Algunos de los problemas del sector farmacéutico español responden simplemente a las dificultades del país en su conjunto, mientras que otros tienen su origen en el auge de compañías competidoras tanto en Europa como en Asia y en Norteamérica.

La deslocalización de los laboratorios

Son muchos los procesos de trabajo de la industria farmacéutica que pueden trasladarse a otros países para reducir costos. Los laboratorios de pruebas no tienen por qué estar en España para analizar diferentes medicamentos o compuestos químicos durante el desarrollo de productos. Resulta mucho más económico trasladarlos a países como India, China o Vietnam, donde los salarios son más bajos y el alquiler de espacios es mucho más asequible.

Todos los países del sureste asiático disponen de muchos especialistas capaces de utilizar un valorador Karl Fischer o una centrifugadora. Aunque se trata de puestos de trabajo técnicos, no requieren de un alto grado de especialización, y el ahorro puede ser considerable considerando los salarios actuales que se pagan en España. Si no tienen otros alicientes, es probable que muchas empresas farmacéuticas se lleven estos puestos de trabajo a otros países.

El auge de la industria en Asia

Uno de los motivos por los que muchas empresas farmacéuticas apostaban por España para establecer oficinas o laboratorios eran justamente los menores costos en comparación con países europeos de mayor nivel adquisitivo como Suiza o Alemania. España sigue estando muy cerca, pero los alquileres y los salarios eran bastante menores, así que durante varias décadas nuestro país atrajo muchos puestos de trabajo en el sector.

Ahora, en cambio, las empresas asiáticas están en pleno auge, y esto hace que puedan ofrecerme medicamentos y vacunas a mucho menor precio en todo el territorio europeo. Esto obliga a las empresas europeas a replantearse sus estrategias, y a considerar si resulta viable mantener tantas oficinas en diferentes países. La pérdida de ingresos debido a la competencia obliga a reducir costos, y las oficinas españolas pueden llegar a ser prescindibles.

Es probable que las grandes empresas europeas opten por mantener sus oficinas centrales en sus respectivos países, trasladando el trabajo de laboratorio a territorios más económicos, y reduciendo al mínimo su presencia corporativa en España. Además, las empresas españolas lo tienen cada vez más difícil para sobrevivir en el sector ante la competencia de las empresas asiáticas, con lo que deben buscar la forma de reinventarse.

Unos impuestos y alquileres cada vez más punitivos

Para empeorar las cosas, el panorama tributario en España es cada vez más hostil. Los impuestos se acumulan tanto para las empresas como para los trabajadores y trabajadoras, y las multas por supuestos incumplimientos burocráticos también son mayores. En contraste, países como Estonia o Malta ofrecen un entorno tributario mucho más favorable para las empresas, invitando al traslado sin necesidad de salir de la UE.

De la misma forma, el mercado inmobiliario español se encuentra saturado desde hace años. Cada vez más propiedades están en menos manos, lo que limita mucho las posibilidades de encontrar espacios a precios razonables para abrir oficinas o centros de investigación y desarrollo. De nuevo, el panorama es mucho más sencillo en Asia o en Europa del Este, lo que invita al cierre de instalaciones en nuestro país.

Para mantener las mejores empresas farmacéuticas en el territorio nacional hará falta algo más que simples buenos deseos. Se trata de una industria particularmente susceptible a la competencia global, y la potencia de los nuevos mercados está poniendo las cosas muy difíciles para mantener la competitividad dentro de nuestras fronteras nacionales.