Las obras realizadas en el municipio soriano han contado con una ayuda de la Junta de Castilla y León de 22.741,95 euros
San Leonardo danza al son del paloteo en Las Candelas y San Blas
Una tradición que identifica a sus vecinos, con reminiscencias celtibéricas y pastoriles, y que busca el reconocimiento como fiestas de interés turístico regional
La iglesia parroquial de San Leonardo de Yagüe se ha vuelto a llenar un año más, en la festividad de Las Candelas, para presenciar las danzas del paloteo, una tradición que identifica a sus vecinos, con reminiscencias celtibéricas y pastoriles, y que el Ayuntamiento busca que sean reconocidas como fiestas de interés turístico regional, publica EFE.
La tradición volverá a repetirse este sábado, en la festividad de San Blas, con las mismas características que tuvo desde su fundación: misa de ministros, sermón, danzas y procesión.
Durante la misa, entran en la iglesia los dos bobos, a continuación el abanderado y los ocho danzantes, portando los palos y las coberteras, a modo de pequeños escudos y cuando termina el oficio religioso comienzan las danzas religioso-guerreras, once en su totalidad, cada una con su música y que antaño también se cantaban.
Documentadas desde el siglo XVIII
Los danzantes van saltando, cambiando de posición, entrelazandose y se enganchan según los pasos de cada danza, siempre al ritmo del sonido seco y fuerte del palo y la cobertera, armonizados por la gaita y el tamboril.
El Ayuntamiento de San Leonardo tiene documentado que las danzas del paloteo se bailan al menos desde el siglo XVIII y que estuvieron a punto de desaparecer a principios del siglo XIX, debido a la emigración a América de vecinos de ese municipio.
El alcalde Jesús Elvira ha trasladado a EFE el orgullo que supone para un hijo del pueblo ser danzante y con ello protagonista de esta fiesta única, en la que la corporación sigue interesada en que la Junta la reconozca como fiesta de interés turístico regional.
El problema: el relevo generacional
Elvira ha explicado que el Ayuntamiento de San Leonardo volverá a insistir ante la Junta sobre los méritos que reúnen las danzas del paloteo para conseguir este reconocimiento "que nos lo merecemos".
Ahora, en pleno siglo XXI, con una provincia afectada directamente por la despoblación, el principal problema es garantizar el relevo generacional de los danzantes en una localidad que también sufre esta sangría, aunque tenga más de 1.500 habitantes.
Ser danzante es un orgullo, según ha reconocido Alejandro Alonso, uno de los más veteranos del grupo, con veinticuatro años acudiendo a la cita, y que recuerda todavía su debut.
La primera vez de las 24 que lleva Alonso
"Estaba muy nervioso y se me cayó en otra ocasión una vez el palo, porque las manos sudan mucho", ha recordado a EFE.
El más veterano, Pedro Rupérez, lleva veintinueve años y este ha vuelto a acudir a la cita, brindando al cielo su actuación cuando ha terminado, en recuerdo de su padre, fallecido hace dos jornadas.
Ser danzante es un privilegio para los sanleonardinos y, cuando toca la retirada, los propios miembros del grupo de danzas buscan a las personas que entienden más idóneas para perpetuar esta tradición, que necesita ensayar desde las fiestas de Navidad para conseguir la armonía en los pasos y en el golpeo de los palos.
Como montar en bicicleta
"No es complicado, es como montar en bicicleta, una vez que estás. Un compañero dice, cuando estamos en la puerta de la iglesia para entrar, a las tres a comer a casa", ha referido Alonso.
Las danzas del paloteo, según ha dejado escrito en su libro el estudioso Carmelo Rubio, son posiblemente de origen celtibérico y, con el paso del tiempo, se convirtieron en danzas religioso-guerreras.
Los señores de San Leonardo, Juan Manrique de Lara y su esposa Ana Fajardo, transformaron en el siglo XVIII estas danzas, por la gracia del rey Felipe II, en vasallaje, gala o servidumbre de su misma casa y vistieron a los danzantes con la traza e indumentaria de majos de este siglo que han conservado hasta la fecha.
Danzas celtibéricas
Estas danzas, según ha escrito Mercedes Rubio Condado en su estudio 'Tradición de Pinares: San Leonardo', reconocido con el primer premio del Certamen "'osé Tudela', son celtibéricas y fueron repartidas mediante la carretería Duero abajo hasta Palencia, Valladolid, Zamora y Salamanca.
San Leonardo demuestra su arraigo desde siempre a esta tradición, al haberla mantenido firme pese a tantas prohibiciones eclesiásticas y civiles como ha habido en la historia, entre ellas, la más tajante, la de Carlos III en el siglo XVIII, que prohibía bailar en el interior de los templos.
Lorca y Madrid en 1932
En la ejecución de los tres últimos actos de las danzas cobra singular importancia la sustitución de uno de los palos por una especie de plancha de madera, la que produce un sonido fuerte y seco al chocar con su semejante, y que recibe el nombre de "cobertera".
La cuadrilla de danzantes de San Leonardo actuó en Madrid en 1932 con motivo de las fiestas de la proclamación de la República.
Y en ese mismo año, el 21 de mayo, fue contemplada su exhibición in situ por Federico García Lorca, quien se acercó a Soria acompañando al ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos y Urruti.
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