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La "enorme" factura que deberá abonar Europa para hacer competitiva su economía: 800.000 millones de euros

Mario Draghi advierte de que la UE necesita acometer grandes transformaciones para cerrar la brecha con EEUU: es "un reto existencial"

La "enorme" factura que deberá abonar Europa para hacer competitiva su economía: 800.000 millones de euros
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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El exprimer ministro italiano Mario Draghi dijo este lunes que la economía europea necesita acometer tres grandes transformaciones para ser competitiva en la escena global: acelerar la innovación, abaratar la energía sin renunciar a la descarbonización y reducir dependencias estratégicas, incluido el refuerzo de la defensa.

En su esperado informe sobre el futuro de la competividad europea, el italiano propone para ello adoptar una "nueva estrategia industrial europea" que pasa, entre otras medidas, por invertir conjuntamente en bienes de interés público y mejorar la coordinación de las políticas industriales, comerciales y de competencia de los Veintisiete, recoge EFE.

Draghi advierte de que la Unión Europea (UE) afronta el "reto existencial" de aumentar su productividad y su crecimiento económico o, de lo contrario, tener que dar marcha atrás en algunas de sus ambiciones y objetivos, desde la lucha contra el cambio climático hasta la financiación de su modelo social, y defiende que "el único modo de ser más productiva es que Europa cambie radicalmente".

"Debemos entender que somos cada vez más pequeños en relación a los desafíos a los que nos enfrentamos. Por primera vez desde la Guerra Fría tenemos que temer por nuestra supervivencia. La razón para una respuesta unida nunca ha sido tan convincente", dijo Draghi en la presentación del informe junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

El crecimiento europeo se ha ralentizado hasta el punto de que, en las últimas dos décadas, la brecha entre el producto interior bruto (PIB) de la UE y Estados Unidos se ha ensanchado desde el 15% hasta el 30% y China va ganando terreno, mientras que factores que lo impulsaban, como el crecimiento demográfico, el auge del comercio internacional o la disponibilidad de energía rusa barata van desapareciendo, recuerda el informe.

En este contexto, el expresidente del Banco Central Europeo propone "tres áreas de acción para dar más vigor al crecimiento" europeo, con el foco puesto en el aumento de la competitividad y la productividad.


Innovación, energía y seguridad


La primera es acelerar la innovación, en particular en el sector tecnológico dónde la brecha es particularmente grande con otras potencias, reduciendo las barreras que frenan el traslado de las innovaciones al mercado, atrayendo financiación y mejorando la formación de los europeos.

La segunda consiste en rebajar los precios de la energía, que en Europa son hasta cinco veces superiores a los de Estados Unidos, y aprovechar la descarbonización del continente para dar un impulso a industrias como la de las tecnologías limpias, para lo que plantea un "plan conjunto de descarbonización y competitividad" que aúne los esfuerzos de los sectores productores y los que permiten la reducción de emisiones.

Por último, Draghi llama a reducir las dependencias de terceros para suministros estratégicos, como las materias primas o los semiconductores, en un entorno geopolítico internacional crecientemente inestable, en el que potencias como China o Estados Unidos apuestan por políticas más asertivas para competir entre sí, a través de una "política exterior económica" que favorezca acuerdos comerciales con naciones ricas en recursos.

Asimismo, insta a reforzar la seguridad y aumentar la capacidad de la industria de defensa europea, que ve minado el peso de las inversiones en el sector por la fragmentación del mismo entre países.


Inversiones "enormes"


Draghi advirtió de que las inversiones necesarias para acometer estas transformaciones serán "enormes". En concreto, el documento las cifra entre 750.000 y 800.000 millones de euros, el equivalente a un 4,7% del PIB europeo en 2023 y más del doble de lo invertido con el Plan Marshall tras la II Guerra Mundial.

En este sentido, el italiano llama a avanzar en la integración de los mercados de capitales europeos para movilizar inversiones privadas, pero advierte de que será necesario el apoyo del sector público, y aboga por movilizar financiación conjunta a nivel europeo para proporcionar bienes comunes, como innovaciones punteras, interconexiones energéticas o equipamiento de defensa.
Asimismo, advierte de que será necesaria una mayor coordinación entre políticas como las de industria, comercio o ayudas de Estado y una reducción de la carga regulatoria para las empresas. Y alertó de que todo ello debe hacerse preservando la inclusión social y el modelo de Estado del bienestar europeo.