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'Fuga de cerebros' en el deporte africano: El talento se aleja en busca de mejores condiciones y proyección

Los Juegos han mostrado la realidad de cómo muchos deportistas africanos ganan medallas para otras lejos de sus orígenes

'Fuga de cerebros' en el deporte africano: El talento se aleja en busca de mejores condiciones y proyección
La keniana Winfred Yavi, oro compitiendo por Baréin
Cristina Ondó
Lectura estimada: 3 min.

Los Juegos Olímpicos de París han otorgado medallas a naciones cuyos representantes tienen sus orígenes en otros países, muchos de ellos africanos. El talento se aleja del lugar en el que un día nació en busca de mejores condiciones y una valiosa proyección profesional.

Nigeria o Kenia forman parte de los países que han sufrido esta particular 'fuga de cerebros' en diferentes disciplinas deportivas, como se ha podido comprobar estas pasadas semanas en París.

Desde la nigeriana Yemisi Ogunleye, que representó a Alemania en lanzamiento de peso y conquistó el oro, a la keniana Winfred Yavi, que quedó primera en 3.000 metros obstáculos bajo la bandera de Baréin.

"Corrió y ganó a nuestras chicas (kenianas). Perdimos la medalla (para Kenia) en favor de nuestra chica (Yavi)", comenta en una entrevista con EFE Patrick Makau, el atleta de Kenia que batió el récord del mundo en la maratón de Berlín en 2011. Él recuerda que durante sus años de competición no eran tantos los deportistas que buscaban oportunidades profesionales fuera de su país.

Además del caso de Yavi, otros ocho atletas kenianos de diferentes modalidades recompensaron a los países que defendieron en la pista con metales olímpicos.

El exmaratoniano y entrenador Makau agrega: "Nuestra gloria proviene del atletismo, pero que nuestros atletas compitan representando a otros países significa que estamos perdiendo nuestra gloria como país".

Una carrera profesional con mejores condiciones

Las motivaciones de los atletas para cambiar de bandera son, en muchos casos, la proyección profesional, el uso de infraestructuras más avanzadas o las importantes inversiones en deporte.

"Se enfrentan a fuertes impuestos en sus países de origen, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, especialmente en Oriente Próximo", añade en una conversación con EFE, Jude Titus, experiodista deportivo keniano.

Además, "las recompensas que ofrecen a los atletas en otros países son más altas respecto a los países africanos".

Titus incide en que se debe invertir en mejorar las instalaciones de entrenamiento y crear academias para formar a los jóvenes talentos.

La inversión deportiva prevista para el período 2024-2025 en Kenia es de 16.500 millones de chelines (unos 112,2 millones euros), según el ministro de finanzas keniano Njuguna Ndung'u.

Pero este desembolso y el de empresas como Nike, que destinó en 2016 1,8 millones de dólares (alrededor de 1,63 millones de euros) para proporcionar equipamiento y apoyo a atletas con pocos recursos en Kenia, se estrella contra el muro de la corrupción.

El expresidente de la Federación de Atletismo de Kenia (AK, por sus siglas en inglés), Isaiah Kiplagat, y el secretario general, David Okeyo, fueron acusados entonces de corrupción por el mal manejo de estos fondos.

Julien di Maria, entrenador deportivo y pareja de la atleta keniana Joan Chelimo, que se ha decantado por desarrollar su carrera en Rumanía, subraya la necesidad de que los países africanos se centren en luchar contra la corrupción y mejoren la integridad de sus programas deportivos. "Para que se produzca un cambio hacia un enfoque más centrado en los atletas", sostiene.

Proyección internacional o retención del talento

Por su parte, el vicepresidente de la AK, Paul Mutwi, considera que hay demasiados atletas kenianos, según las estadísticas: más de los que el país puede dar la oportunidad de competir.

"No tenemos ningún problema con que Yavi consiga una medalla de oro para otro país. No significa que sea mejor que nuestras tres chicas; solo tuvo la suerte de estar en mejor forma ese día que ellas", explica, en referencia a las atletas que representaron a Kenia en la prueba: Beatrice Chepkoech, Rhonex Kipruto y Beatrice Chebet.

Di Maria reconoce que el éxito de los deportistas africanos en otros países puede ser un altavoz para proyectar el talento que rebosa en el continente. "Actúan como embajadores, promoviendo su patrimonio y a menudo contribuyendo a sus comunidades a través de programas de tutoría y desarrollo", argumenta.

Pero lo ideal sería que África pudiese retener su talento, lamenta Di Maria. "Centrándose en el desarrollo y la retención de sus talentos deportivos, las naciones africanas pueden transformar la dinámica de este fenómeno y posicionarse como potencias en el panorama deportivo mundial", concluye.