A una semana del pregón

Se nota en el ambiente.. vayas donde vayas, el espíritu sanjuanero ya invade la ciudad. Cierto es, que los sorianos tenemos tiempo de sobra de mentalizarnos de la llegada de las fiestas con todos los acontecimientos previos que se celebran.

Ya conocemos las cuadrillas y a sus jurados, hemos visto en acción a los novillos y ya hemos pisado Valonsadero. Y ahora si que sí, llega el momento de los últimos preparativos. Son días de prisas y de detalles de última hora, de acabar con los arreglos del vestido de la jurada y de planchar bien los trajes del jurado, de que los encargos florales para las cuadrillas y las calderas estén en orden y de que no falte vino, por supuesto.

Pero cuadrillas y jurados no son los únicos que viven días de estrés esta semana, las peñas, hacen balance de los presanjuanes en Valonsadero y luchan si me permiten la palabra, con las altas y bajas de última hora, que han convertido esto de entrar en una peña en toda una odisea. Limitar el número de peñistas, no es tarea fácil y cada una hace lo que puede para controlar el acceso, desde las largas esperas a la puerta del Bullicio a la lista de espera interminable del Desbarajuste. Se han convertido, casi, en una institución dentro de las fiestas, eso sí, en una institución sin regular y de la que cabría hacerse muchas preguntas y sino que les pregunten a Los qué faltaban por sus cuentas del 2022..

Las autoridades también tienen un papel destacado en nuestras fiestas. Participan de todos los actos oficiales y acompañan a la comitiva en las jornadas más solemnes. Son unos días para olvidarse de las rencillas del día a día entre ayuntamiento y oposición, aunque este año, ciertamente, hay mucho que olvidar. Desde la polémica gestión de los trabajadores municipales a la telenovela de la quinta planta, que ya da para serie de Netflix.

Pero en estos días en los que nos invade el espíritu sanjuanero y celebramos nuestras tradiciones, tal y como llevan siglos haciendo nuestros antepasados, es el momento de recordar a aquellos que siempre han peleado por mantener estas fiestas y unos días después del homenaje que le brindó la ciudad, desde aquí, recordamos a Jesús Bárez en los que serán los primeros Sanjuanes tras su pérdida.

Y no hace falta ser de una cuadrilla o de una peña para estar emocionado esta semana. Comercios, bares, estudiantes, jóvenes y mayores viven con ilusión los días previos a una semana que, para muchos, marca el cambio de año en el calendario. Y es que si las fiestas de San Juan tienen algo, es precisamente eso, que son de la gente, por y para los vecinos. Hay mil formas de vivirlas, y cada una de ellas es especial.

Los Sanjuanes tienen un halo de historia y tradición, de sentimiento y de verdad, que engancha a quien lo vive. Aquellos sanjuaneros de cuna, ejercen de anfitriones en la mesa y acogen de buena gana a todos los que, aunque no seamos sorianos de nacimiento, ya nos sentimos un poquito sorianos de corazón. Y al final, que excusa más buena para dejar atrás por unos días las preocupaciones, el trabajo y el estrés, porque Soria, se paraliza. Se rinde a sus fiestas y verbenas, parando el reloj durante seis días de música y esplendor.

Soria cumple a la perfección aquello de pueblo pequeño, corazón grande y qué bonito es, ver a la gente disfrutando de lo suyo.

Felices fiestas de San Juan