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Cinco momentos de la Semana Santa en Soria: simbolismo y austeridad

La capital estrena procesión, con la talla de Jesús en la Cena, que saldrá el Lunes Santo, mientras en la provincia se reviven tradiciones como 'colgar a Judas'

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Cinco momentos de la Semana Santa en Soria: simbolismo y austeridad
Semana Santa en Soria.
O.R.R
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Simbolismo y austeridad son rasgos propios de la Semana Santa en Soria, principalmente en los pueblos de una de las provincias más despobladas de España que durante estos días reviven gracias a las cofradías, mientras que la capital lucha para que sus procesiones sean reconocidas de Interés Turístico Nacional. Estos son los cinco momentos impresionantes de la Semana Santa en Soria, publica EFE. 

1. Nueva procesión

La capital soriana estrenará el Lunes Santo (25 de marzo) una nueva procesión, con la talla de Jesús en la Cena, que partirá desde la iglesia de San Juan de Rabanera en dirección a la concatedral de San Pedro, una vez que finalice su Via Crucis por el barrio del Calaverón la cofradía de la Flagelación del Señor.

Los cofrades irán vestidos con un hábito confeccionado de acuerdo con las pinturas de Juan Antonio Zapata, que ilustran la ermita de San Saturio, patrón de la ciudad, que lo representa con el hábito de los jerónimos, una orden presente en el monasterio de Espeja, en el monasterio de Guijosa (Soria) y de la que apenas quedan tres frailes.

Las ocho cofradías titulares de la Semana Santa soriana suman trece pasos y el nuevo es el decimocuarto, una imagen de vestir realizada en Sevilla por el taller que dirige el escultor e imaginero Álvaro Flores Rojas.

2. Judas en Duruelo

El Sábado Santo se cuelgan Judas en varios pueblos, una tradición en la provincia, y en ocasiones también una Judesa en forma de muñecotes para ser apaleados o quemados, durante la Pascua, en localidades como Arcos de Jalón, Duruelo de la Sierra, Iruecha, Romanillos de Medinaceli, Somaén, Suellacabras, Utrilla y Villar del Río.

Duruelo de la Sierra, en la comarca soriana de Pinares, vive el Sábado Santo las cenas de 'Quintos' donde se revive una de las tradiciones más arraigadas en torno a su Semana Santa y que la llevan a cabo los mozos de dieciocho años.

La costumbre dice que durante la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección deben encargarse de 'colgar a Judas' en la Plaza Mayor, un muñeco hecho de serrín que simula la figura del apóstol Judas Iscariote.

3. Pasión en Fuentelmonge

Los hijos del pueblo de Fuentelmonge, en la comarca de Las Vicarías, acuden todos los años a la cita para participar en el mantenimiento de una de sus tradiciones, la que tiene lugar el Viernes Santo.

En la procesión se puede ver las Siete Palabras, las Tres Caídas, la Verónica, las tres Marías, José de Arimatea, Nicodemo, La Verónica, los símbolos de la pasión, soldados y tambores...

Todo comienza a las ocho de la tarde cuando los soldados romanos llegan a la iglesia parroquial y marcan el ritmo con las picas, golpeándolas en tarima del suelo. A continuación le van quitando los símbolos de la pasión. Desclavan un cristo articulado golpeando con un martillo la madera de la cruz y los clavos, y el sonido resuena por toda la iglesia aumentando el dramatismo de la escena.

La procesión se inicia cuando la noche se ha apoderado de Fuentelmonge. Por las calles de este pueblo de Las Vicarías desfilan todos estos personajes junto a algunas imágenes camino de la ermita, en la carretera que conduce a Serón de Nágima.

4. Procesión de la Soledad en El Burgo de Osma

La Semana Santa de El Burgo de Osma, marcada por su condición de sede episcopal y capitalidad diocesana de la villa, tiene a la procesión del Santo Entierro de Cristo, el Viernes Santo, a la más destacada con una veintena de pasos recorriendo sus calles y que representan los más importantes episodios de la Pasión y Muerte.

Es en la noche del Sábado Santo, desde el año 2004, cuando tiene lugar la Procesión de la Soledad, que discurre por el perímetro amurallado de la villa recientemente restaurado y que resalta su monumentalidad.

5. La Jerusalén soriana en Alcoba de la Torre

Vecinos e hijos del pueblo de Alcoba de la Torre se encargan todos los años de dar vida a la Pasión de Cristo, el Viernes Santo, desde el prendimiento en el Monte de Los Olivos hasta la crucifixión. Una treintena de personas escenifican dramáticamente, durante más de una hora, la Carrera o Pasión de Cristo desde la Oración en el Huerto hasta el Descendimiento de la Cruz, recorriendo las calles, entornos del pueblo y del castillo.

Todos los participantes sienten sus papeles, muchos de los cuales pasan de padres a hijos, por lo que tienen para ellos un significado especial. Participan familias enteras. La ilusión es lo que caracteriza a esta representación religiosa, que culmina con la simulación de la crucifixión en un alto de las eras. Se levanta a Jesús y a los dos ladrones a varios metros de altura.

La tradición tiene sus orígenes en 1908, aunque dejó de representarse unos años debido a la Guerra Civil. Después se retomó durante una década y volvió a decaer debido a la emigración sufrida a mediados del siglo XX.

Pero la 'Carrera' de Alcoba de la Torre nunca cayó en el olvido de sus hijos y así, cuarenta y dos años después, el texto fue encontrado y convertido en proyecto por la Asociación Cultural el Castillo que volvió a recuperar la tradición en 1997, hasta la fecha. 

TEXTO: Juan Carlos Hervás/EFE

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