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El plan de la Junta de Castilla y León para evitar riesgos en la salud durante el verano

La Consejería de Sanidad intensifica la labor que desarrollan los servicios de Salud Pública para garantizar la protección de la salud

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El plan de la Junta de Castilla y León para evitar riesgos en la salud durante el verano
Tribuna
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Coincidiendo con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas la Junta ha intensificado las intervenciones llevadas a cabo a lo largo del año, ampliando sus ámbitos de actuación para dar respuesta a las características propias del periodo estival y de las actividades más habituales en estas fechas, medidas contempladas en el Plan Estival 2022. Toda la información de interés para el ciudadano está disponible en el portal de Sanidad de la Junta de Castilla y León

La Dirección General de la Salud Publica, por medio del Servicio Territorial de Sanidad, lleva a cabo una mayor actividad de vigilancia, control e inspección alimentaria y ambiental durante el verano.

Esta planificación integral también se centra en la información, formación y el compromiso de todos, ya sea ciudadanos o profesionales de los distintos sectores implicados, como la salud pública o el control alimentario y ambiental.

Altas temperaturas

La Junta de Castilla y León dispone de una ?Guía de respuesta ante el riesgo de olas de calor? en la que explica a los ciudadanos cómo actuar ante las altas temperaturas y ante el riesgo de olas de calor. En este sentido, la Junta ha elaborado una serie de recomendaciones que deben ser seguidas especialmente por la población de riesgo.

Deben protegerse especialmente las personas mayores, la población que padezca alguna discapacidad y los menores de cinco años, así como las personas con enfermedades crónicas (como hipertensión, diabetes, obesidad y alcoholismo), quienes tomen alguna medicación y aquellas que realicen trabajos físicos intensos o deporte al aire libre cuando la temperatura sea elevada.

Para conseguir una correcta protección contra el calor la Guía ofrece una serie de consejos. Es importante evitar salir de casa durante las horas centrales del día (entre las doce de la mañana y las seis de la tarde) beber abundante líquido sin esperar a tener sed, evitar las comidas copiosas y consumir mucha fruta y verdura. Es preferible realizar un mayor número de ingestas a lo largo del día pero de poca cantidad, y es recomendable no consumir muchas comidas calientes ni abusar del alcohol.

Es preferible reducir las actividades físicas y utilizar ropa holgada de colores claros y tejidos naturales, además de equiparse correctamente contra el sol con sombreros, gafas de sol y cremas protectoras. Se recomienda en la medida de lo posible permanecer en espacios ventilados y acondicionados, utilizar las habitaciones más frescas del hogar y mantener las ventanas cerradas y  las persianas bajadas durante el día.

Los principales efectos negativos que produce el calor sobre la salud de la población son los calambres motivados por la pérdida de sales; el agotamiento generalizado acompañado de síntomas como malestar, dolor de cabeza, náuseas y vómitos y una sensación intensa de sed; la deshidratación y el golpe de calor, que se manifiesta con vómitos y nauseas, piel caliente y enrojecida, un aumento excesivo de la temperatura corporal por encima de los 40°, inestabilidad al caminar y mareos, pudiendo llegar a producirse convulsiones e incluso la entrada en coma.

Si una persona sufre un golpe de calor es muy importante seguir una serie de recomendaciones. Lo primero que se debe hacer es llamar a emergencias sanitarias 112 y colocar al enfermo en la sombra. Si está consciente, se debe colocar con la cabeza ligeramente elevada, proporcionarle abundante agua, y refrescarle con agua o hielo, especialmente la cara y las axilas. Si la persona esta inconsciente se debe colocar tumbado de lado con las piernas flexionadas y no se le debe proporcionar líquido.

El impacto de la exposición al calor excesivo está influido por el envejecimiento fisiológico y las enfermedades subyacentes. Generalmente un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de aproximadamente 3° sin que sus condiciones se alteren de forma importante. A partir de los 37° grados se produce una reacción fisiológica de defensa.

Las personas mayores y los niños pequeños son más sensibles a estos cambios de temperatura. Los primeros tienen reducida la sensación de calor y por lo tanto la capacidad de protegerse, existiendo un paralelismo ente la diminución de la percepción de sed y la percepción de calor, especialmente cuando surgen enfermedades neurodegenerativas. A ello se suma la termólisis reducida del anciano (numerosas glándulas sudoríparas están fibrosadas y la capacidad de vasodilatación capilar disminuida). Esto último ocurre también en la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas.

Toxiinfecciones alimentarias

Directamente relacionado con el calor, pero también con la seguridad alimentaria y la manipulación de alimentos, Sanidad recuerda la importancia de prevenir toxiinfecciones alimentarias.

Las diez acciones preventivas básicas para este ámbito, disponibles en el portal de Sanidad, son: adquirir de alimentos que hayan sido manipulados de manera higiénica; mantener los alimentos lejos de roedores, insectos y animales de compañía; mantener tanto una correcta higiene de la persona que se va a encargar de manipular los alimentos como una limpieza adecuada de superficies y utensilios de cocina; evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados; cocinar correctamente los alimentos; consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados o recalentados; conservar los alimentos cocinados de manera segura con una temperatura optima; calentar suficientemente los alimentos cocinados; utilizar agua potable y no consumir alimentos perecederos expuestos a temperatura ambiente.

Además, como el verano es época de salidas y excursiones, la Junta ofrece en el portal de Sanidad una serie de recomendaciones para el consumo seguro de alimentos en el campo, como beber agua potable; evitar el consumo de alimentos que conlleve refrigeración, especialmente huevo, y lavar frecuentemente los contenedores de bebidas y alimentos.

La salmonella es un germen que puede encontrarse con frecuencia en los alimentos, el agua y el medio ambiente contaminados. Las bacterias pasan a los alimentos a través de manos sin lavar, superficies de trabajo sucias, o de otros alimentos crudos, contaminados o insuficientemente cocinados. En la provincia de Soria, en el año 2021, se detectaron 21 casos de salmonella. En ese periodo, los Servicios Oficiales de Salud Pública de Soria realizaron 4.616 actuaciones en relación con el Programa de Vigilancia y Control de Industrias y Establecimientos Alimentarios.

La Junta desarrolla también el Plan de prevención de la legionelosis en Castilla y León con el objetivo de prevenir su aparición, que puede presentar casos esporádicos o en forma de brotes afectando especialmente a la población de edad más avanzada con enfermedades respiratorias crónicas y los fumadores. En el año 2021 se detectaron tres casos de legionela en Soria.

Para prevenir esta enfermedad, la Junta cuenta con un censo de instalaciones de mayor peligro, como son las torres de refrigeración, los sistemas interiores de agua caliente sanitaria y agua fría de consumo humano y las piscinas climatizadas con movimientos de agua y baños de burbujas. En 2021 se realizaron 136 actuaciones en establecimientos con instalaciones de riesgo de legionelosis.

 

 

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