Alfonso Fernández Mañueco repite como presidente de la Junta de Castilla y León, cargo que logra mantener tras las elecciones anticipadas y para el que cuenta con Vox como imprescindible para cuadrar una mayoría que supone la entrada del partido de ultraderecha en su primer ejecutivo regional. A cambio, asumirá políticas de la denominada Agenda España de Vox, que incluye la derogación futura del estado de las autonomías y también de políticas de violencia de género y memoria, un socio que se presenta como "leal" y en el que el salmantino confía para una legislatura de cuatro años a pesar del calendario electoral que se avecina.

La sesión de investidura, maratoniana y concetrada, ha terminado con el resultado esperado. PP y Vox han unido sus votos para investir al candidato y Fernández Mañueco ya es presidente, cargo del que tomará posesión el 19 de abril en un gobierno que tendrá consejeros al día siguiente y empezará funcionar el 21 de abril, ya tras la Semana Santa. Será con consejeros de Vox y los que nombre el PP en un esquema de consejerías que ya se conoce.

Mañueco ha tenido de su lado a sus procuradores y los obtenidos por Vox en las elecciones anticipadas en las que el PP logró volver a ser el partido más votado tras perder ese privilegio en 2019, y en contra a todos los demás. Porque si de su futuro vicepresidente, Juan García-Gallardo, ha encontrado una adhesión inmediata, del resto de fuerzas ha cosechado un rotundo rechazo y muchos reproches, casi generalizados.

El precio a pagar por el apoyo de Vox, imprescindible para retener la presidencia, es asumir parte de las políticas de la agenda de Vox, la Agenda España que el partido de Santiago Abascal defiende. Entre esas políticas, nuevos conceptos sobre violencia de género, memoria histórica e inmigración que se han empezado a transfigurar en violencia intrafamiliar, concordia e inmigración ordenada, ideas que Fernández Mañueco ha introducido ya oficialmente en su discurso como candidato este lunes por la mañana, y que le obligan a partir de ahora ya como presidente. 

No obstante, Fernández Mañueco ha asegurado que no habrá retroceso en los derechos de las mujeres y que las exhumaciones seguirán teniendo el apoyo de la Junta, pero habrá que ver cómo se concreta eso con Vox en labores de gobierno. El salmantino ha pedido que se valore el Gobienro por lo que va a hacer, una manera de pedir un voto de confianza: tendrá que encajar las propuestas de su nuevo socio con sus compromisos adquiridos. Sabremos pronto cómo lo consigue porque la ley de violencia intrafamiliar y la normativa de concordia se van a tramitar de inmediato.

Mañueco ha apoyado su derecho a formar gobierno en la voluntad expresada en las urnas y ha rechazado todas las críticas por ser el primero que gobernará una comunidad con la ultraderecha en España. Luis Tudanca y el exvicepresidente Igea, tampién Pablo Fernández de Podemos, han lamentado que le abra la puerta a la ultraderecha, pero el debate ha tenido grandes tintes territoriales con la proyección y protagonismo que UPL, Soria ¡YA! y, en menor medida, Por Ávila tienen en estas Cortes. A ellos les ha dicho Mañueco que no habrá "privilegios" para nadie a nivel provincial, aunque los partidos territoriales también le han advertido que estarán vigilantes de retrocesos en derechos.

"Cuando baje de este atril las negativas las habré olvidado, las positivas las agradezco de corazón", ha dicho en una última intervención sobre las críticas de personas a las que "respeto en lo personal" y con la que ha cerrado de manera sorprendente antes de dar paso a la votación que le ha confirmado como presidente. "Vamos a estar a la altura, todos vamos a hacer bien las cosas, vamos a liderar el futuro que quieren la mayoría de las personas de Castilla y León", ha dicho. "Hoy es 11 de abril, el aniversario del poeta zamorano León Felipe que, como saben ustedes, estuvo exiliado en México, y como dijo: lo que importa es llegar con todos y a tiempo", ha dicho el presidente que ha pedido apostar por el futuro de Castilla y León citando a Unamuno.