A pesar de que en Europa se encuentran algunas de las economías más prósperas del planeta, la dependencia energética del exterior es enorme, en ocasiones puede suponer un gran lastre para la economía y lo seguirá siendo hasta que las energías renovables de las que puede hacer uso nuestro pequeño continente se encuentren más desarrolladas y más extensamente implementadas.

Además, fuentes energéticas como el petróleo y el gas natural parecen llevar aparejadas la maldición de la inestabilidad en las regiones del mundo desde las cuales se trae, y aunque es cierto que se puede comprar a varios exportadores, en ocasiones situaciones de grave inestabilidad pueden darse a la vez como ocurre en esta ocasión.

Tambores de guerra en el Este y tensión entre vecinos

Si bien es cierto que la relación entre Ucrania y Rusia, las dos repúblicas más importantes de la extinta URSS, y entre la República de Argelia y el Reino de Marruecos llevan muchos años con sus tira y afloja (poco después de la independencia argelina ambos estados norteafricanos protagonizaron la poco conocida por aquí Guerra de las Arenas), en esta ocasión ambos conflictos han alcanzado a la vez un punto de tensión poco común, dándose a la vez la triste coincidencia de que Rusia y Argelia son dos grandes exportadores de gas hacia la Unión Europea, lo que ha supuesto que el suministro a la Unión corra peligro de no ser suficiente precisamente en un momento en el que no deja de subir el precio de la energía y la inflación ha alcanzado una cifra inédita desde hace décadas.

En el caso de la crisis ucraniana no está claro hasta qué punto el mandatario ruso está dispuesto a utilizar la fuerza militar para conseguir sus objetivos y en cuyo caso está por ver si la Unión Europea incluirá la compra de gas ruso entre las sanciones impuestas a Rusia o no, y en el caso argelino-marroquí tan sólo está operativo el gasoducto que suministra directamente a España desde Argelia, no el gran gasoducto que suministraba a nuestro país pasando por Marruecos, lo cual es suficiente para suministrar a España pero que cierra de momento la puerta a aumentar el suministro de gas argelino a toda Europa hasta que se aumente la capacidad de pasar gas directamente a Europa sólo a través de España.

Petróleo, de cotizar en negativo a la gasolina más cara que nunca

La cotización del petróleo, además de ser un instrumento popular a la hora de invertir a pesar de los riesgos de su volatilidad, es uno de los indicadores que más afectan al bolsillo de los ciudadanos, indirectamente porque encarece muchos de los procesos de producción, manufactura o transporte que requieran de energía, y directamente porque llenar el depósito del coche es un trámite por el que millones de españoles pasan al menos una o dos veces al mes y desde hace semanas cada visita a la gasolinera para echar combustible es más y más cara o, si se echan los clásicos veinte euros, estos resultan en cada vez menos litros de gasolina dentro del depósito.

El aumento del precio del petróleo Brent y WTI es una de las causas del actual precio de la gasolina, pero es que la transformación del crudo en sus derivados requiere de transporte y destilado, lo cual consume energía y combustible, que son cada vez más caros y por lo tanto encarecen más el precio final en una pescadilla que se muerde la cola en un ciclo del que no está nada claro cuándo terminará.

La opción nuclear como puente entre energías fósiles y renovables

Para pasar de un presente movido principalmente por energías fósiles a un futuro cercano con emisiones de CO2 neutras y ciudades inteligentes, eficientes y amigables tanto con sus ciudadanos como con los negocios, y a la vez dejar de depender tanto de algunos combustibles fósiles, la Comisión Europea ha considerado que la energía nuclear y el gas son energías verdes, a pesar de que el gas tiene un carácter fósil innegable y la energía nuclear es limpia en cuanto a emisiones pero lleva aparejado un enorme problema en cuanto al tratamiento de los residuos que genera y el tiempo durante el cual son peligrosos para la vida y el medioambiente. Este paso se ha dado con la oposición de países como el nuestro, donde la ministra Ribera ha dicho que calificar de esta forma a estas energías supondría un paso atrás en la transición verde de Europa.