Hoy descubrí, en el Buzón de mi casa, una carta de sus Majestades los Reyes. Me sorprendió un poco; siquiera he enviado aún la mía, pero imagino que por algo son Magos…. Quebrantando, quizás, la Ley de Protección de Datos, me atrevo a recoger algunos párrafos:

 

“¡Qué difícil está siendo este 2.020! ¿Verdad? No creáis que por ser Reyes y Magos estamos en otra onda y no nos damos cuenta de lo mucho que la Humanidad está sufriendo en estos tiempos. Sabemos bien que a los problemas habituales se ha sumado este año una pandemia asesina. Y eso que allí, en el mundo más civilizado, vuestros “dramas” son un juego de niños comparados con los que sufre el Tercer Mundo. Tenéis suerte, aunque cueste entenderlo a veces. Tenéis suerte.

 

La petición que más nos habéis hecho este año ha sido la de traeros una vacuna anti-covid, así que lo hemos preparado todo para que pronto estéis todos vacunados. Hemos puesto a trabajar nuestros talleres y podemos aseguraros que la vacuna llegará enseguida, de hecho, ya en algunos lugares hemos comenzado a repartirla.

 

Pero sabed que la vacuna no volverá las cosas a su sitio, sólo las pondrá cerca de donde solían estar, pero jamás la vida volverá a ser lo que era. Los seres queridos, familiares, amigos que se ha llevado el virus habrán dejado tanto dolor que será imposible reír como antes, lo sabemos. Y quizás otras secuelas permanecerán entre vosotros sin que, siquiera, lo sepáis. Aún así, creemos en la bondad de la vacuna y nosotros también nos la pondremos, porque viajamos mucho, de hecho, solo en una noche, entramos en todos los hogares del mundo, de modo que hemos de ser especialmente precavidos por la seguridad de todos. Hemos hablado con todos los dirigentes del mundo y muchos de ellos harán como nosotros, serán vacunados para servir de ejemplo a sus conciudadanos, incluso en España, aunque a decir verdad, apostaríamos a que alguno sale en la tele poniéndose una dosis de placebo… sí, vivimos en Oriente, pero no hemos nacido ayer, de hecho, tenemos más de 2.000 años…

 

Además de la vacuna, queremos también dejaros algunos otros regalos:

• El regalo de la amistad, esa que trae sonrisas cuando estás triste y mejora (gratis) tu estado de ánimo,
• El regalo del tiempo, tiempo para escuchar, para querer, para ayudar, tiempo para compartir, para regalar experiencias, para construir,
• El regalo de la familia, con quienes compartirlo todo, lo bueno y lo malo, en quienes apoyarnos y a quienes prestar soporte, a quienes queremos sin medida porque ellos tampoco miden lo mucho que nos quieren.
• El regalo del conocimiento, porque (ya decía Sócrates, un viejo amigo) “solo hay un bien, el conocimiento, y solo un mal, la ignorancia”.
• El regalo de la felicidad, para la que no hace falta dinero, sino besos, abrazos, emoción sincera, cariño…
• El regalo de la paz, la tolerancia, el respeto, herramientas insustituibles en la construcción de la mejor convivencia,
• El regalo de la música, del arte, del entretenimiento, que nos permiten soñar, crecer, manifestarnos,
• El regalo, en fin, de la vida, que se entrega una sola vez y que os invitamos a disfrutar hasta el agotamiento, pues no existe mejor regalo que saborearla a cada instante.

 

Cuando en la mente del hombre se agolpan preocupaciones mayores que la de salvar la Navidad, ese espacio temporal en que los Reyes Magos nos sentimos más cómodos, poco más podemos aportar que consejo y ánimo.

 

Sabemos bien que la celebración de esta Navidad será difícil, distinta, teñida acaso de tristeza en multitud de hogares. Salvemos la vida y sigamos celebrando la Navidad muchas más veces; al fin y al cabo, la vida es el mejor regalo.

 

Cuidaos mucho”.

 

¡Joer… y yo que iba a pedir una guitarra! ¡Feliz Navidad a todos!