¿Qué tienen los chavales que cumplen 18 años para que en campaña electoral les ofrezcan el oro y el moro? ¿Es una burda manera de comprar sus votos? ¿Les consideran jóvenes con discapacidad intelectural? ¿Es la herencia universal la gran propuesta de las elecciones del próximo 23 de julio?
Los jóvenes que estrenan 18 años en España ya tienen derecho a un bono de 400 euros para que gasten en "cultura". Es decir, videojuegos, cine, libros, conciertos de música, etc. Quienes en España alcanzan la edad de votar reciben esta propina del Estado porque así lo decició el actual Gobierno.
La líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha lanzado en esta campaña la propuesta de que todos los españolitos que adquieran la (presunta) edad adulta tengan derecho a una "herencia universal" de 20.000 euros. Ni más ni menos. La letra pequeña apunta a que sería un dinero que se haría efectivo hasta los 23 años, cumpliendo una serie de requistos de formación o emprendimiento.
Díaz considera que es la manera de combatir la desigualdad de oportunidades que arrastramos por cuna. Los menos favorecidos por la situación socioeconómica familiar pueden así igualarse a quienes nacieron en un entorno de rentas más elevadas. Aunque digo yo, éstos también tienen derecho a los 20.000 euros, ¿no? Entonces, ¿dónde está la igualdad de oportunidades?
Este tipo de medidas que no discriminan por renta familiar no tienen nada de sociales. Son un brindis al sol, una burda manera de atraer voto, que seguramente recibe algún rédito porque de lo contrario no se pondrían sobre la mesa. Recuerdo el cheque bebé de 2.500 euros que aplicó Rodríguez Zapatero en su día... Lo cobraban hasta los más millonarios.
La citada paga anual a los jóvenes de 18 años supondría cuatro veces más de lo que destinó el Gobierno el último año a becas de estudio, todo un paradigma de lo que es trabajar por la igualdad de oportunidades hacia las familias más necesitadas. Y como siempre ese dinero saldría de nuevos impuestos a los ricos (un discurso que empieza a sonar a rancio). La propuesta no ha gustado a sus socios del PSOE, que la han calificado de "poco realista".
Las tretas económicas a modo de compromiso electoral serán lícitas, incluso bien intencionadas, pero sugieren un trato borreguil al ciudadano. Es posible que seamos como un rebaño, que nos movamos por dinero y que algunos dirigentes políticos nos consideren meras ovejas que acudimos al redil por el pesebre, aunque no todo el personal es igual de simple, los hay que piensan y que distinguen el cebo.
La todavía ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno está desatada en esta campaña. Sumar ha recogido la herencia de Podemos, pero eso parece que no bastará para continuar en la poltrona, según apuntan los sondeos electorales. De momento, tiene segura el acta de diputada, que no está mal para alguien que lleva ocupando cargos electos desde 2005.
Yolanda Díez Pérez (1971) -abogada laboralista que milita en el Partido Comunista desde su juventud (su padre es un conocido sindicalista, que fue diputado del Bloque Nacionalista Galego)- ha ocupado desde 2005 cargos públicos en ayuntamientos, Parlamento Gallego, Congreso de los Diputados y Consejo de Ministros. Aunque ha fagocitado a su creador, Pablo Iglesias, la ciudadanía la valora positivamente en las encuestas de opinión y, en general, tiene eso que se conoce como buena prensa.
Díaz también dice en sus mítines que si gobierna, se reducirá la jornada laboral y que se cobrará lo mismo, o sea trabajar menos por el mismo salario. Me temo que, entre unas y otras propuestas electorales, vivo en otro mundo, en una galaxia muy lejana. O es que, simplemente, tengo un concepto distinto de lo público.