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Clásico

La persona dispuesta a ser


Esta fotografía 'Lunch Atop a Skyscraper' es una de las más reconocidas del siglo XX. En ella, once hombres comen y hablan durante su descanso en la construcción del edificio RCA en Nueva York (1932). Lleva de mucho esfuerzo, riesgo y paciencia construir algo que valga la pena, sean edificios o personas.

Tener la habilidad de crear algo de la nada es importante, por que si no creamos algo nuevo jamás podremos avanzar y porque si no avanzamos no podemos ser felices.

Existen momentos en la vida de toda persona en la que se hubiese deseado con toda voluntad haber tenido las respuestas que se necesitaban, pero que no llegaron. Forzar algo que no sucede de forma natural solo puede romperlo, y estarás de acuerdo conmigo cuando digo que romperse es demasiado fácil, y que reconstruirse a uno mismo a través de los los pedazos que se hayan salvado es lo que más cuesta, tanto que algunos no lo pueden soportar y deciden ponerle un punto y final. ¿Has estado alguna vez en un restaurante en el que has ido hasta el límite ante una buena comida?, ¿has insistido en mantener una amistad en la que solo tú estabas invirtiendo?, ¿cómo te sentías? Forzar algo por no ver otra salida solo lleva a la quiebra de uno mismo.

Existen muchas más cosas que pueden asustarnos de las que pueden aplastarnos. Séneca

Crear es ver que algo puede suceder no porque lo quieras, sino porque eres capaz de hacer algo más. Las amistades que perdemos son dolorosas, pasa lo mismo que con las relaciones más estrechas que mantenemos, una parte de nuestra vida se descoloca y deja un vacío donde antes había algo que rebosaba, y seguirá siendo doloroso a menos que decidamos que lo que se ha marchado es, aparte de una pérdida, una oportunidad.

Las personas que han perdido mucho en la vida y se han reconstruido tienen tanto que enseñar que parecen una raza distinta de seres humanos. Crear desde la abundancia es definitivamente más fácil. Prueba a sobreponerte de un negocio cerrado si la cuenta bancaria sigue en números verdes que cuando no dispones de saldo para hacer un último intento. ¿Qué hiciste en aquel entonces en el que te recuperaste económicamente y volviste meses o años después a la casilla de salida? Seguramente creaste una condición de no renuncia. Literalmente no renunciaste a hacer algo que sabías que podías, no te diste por vencido con alguien a quien considerabas importante y apartaste el orgullo y el sufrimiento para entablar de nuevo una conversación, o quizás decidiste perdonarte y seguir, o mejorar lo que ya era bueno porque en tu interior se abrían las ganas por darle algo más grande al mundo, o a tu familia, o a ti.

Dicho de otro modo, creaste lo que solo imaginabas, lo convertiste en una fuerza más grande que el temor a lo desconocido y decidiste hacer el cambio que necesitabas. Crear es una cualidad indispensable que separa las intenciones de las decisiones. Puedes levantarte por la mañana después de haber tenido una buena idea y pensar: "Genial, podría funcionar", pero si vas más allá de la simple idea y haces algo al respecto ahora es cuando se ha convertido en el próximo paso que podría cambiarte la vida. Así es como nacen los grandes retos, las grandes personalidades e instituciones.

¿Pueden la imaginación y la creación ser pasos decisivos para el éxito que tanto se nos escapa? Es que en verdad tenemos dos opciones: crear en nuestra mente un intento a través de un camino que pueda funcionar, y la más importante, construir una personalidad arrolladora con los fracasos, una personalidad en donde nos premiamos por el solo hecho de intentar y en donde el crecimiento viene de la preparación, del disfrute por vernos mejores de lo que fuimos ayer, y anteayer?

Fórjese la idea de la persona capaz, dispuesta, útil, que desea ser, y esa idea lo irá transformando hora tras hora en tal individuo. Dale Carnegie

Como un gato que salta y reposa a su antojo, las ideas solo fluyen si se las permite generarse, y se las permite quien tiene una actitud mental adecuada: la actitud del valor, del intento, de la seguridad y del disfrute. Crear vale la pena, porque verse mejor vale la pena. Hacerse mejor es lo que cuenta y nada puede sobreponerse a quien es capaz de reconstruir su camino tantas veces como sea, porque ha aprendido a no forzar nada, sino a crear nuevas cosas.