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Clásico

Tu asignatura pendiente


Es la misma que hemos tenido todos y la que tendrán las generaciones futuras que quieran hacerse hueco en el vasto mundo del autoconocimiento: controlar los pensamientos.

Seguramente hayas escuchado alguna vez, o hayas leído en algún libro si ya te has interesado en profundizar sobre la motivación personal y la psicología la frase: "Si no actúas como piensas, pronto acabarás pensando como actúas". El planteamiento no puede ser más acertado. Al principio pensamos cómo queremos ser, durante un tiempo nos mantenemos fieles al esfuerzo en esa dirección pero nuestras creencias reales sobre qué somos y qué es posible conseguir para nosotros nos empujan con el paso del tiempo hacia donde no queremos. ¿Cuántas veces hemos iniciado una dieta para mantenernos en forma y de manera paulatina hemos vuelto a donde estábamos?

Lo que pensamos tiene un fuerte impacto en nuestra forma de sentirnos, en cómo percibimos la situación y de qué manera actuaremos. Puedo pensar que hacer ejercicio este año es justo lo que necesito, pero si mis pensamientos siempre me dicen que ver la televisión o salir con mis amigos es lo que mi vida necesita no habrá nada que hacer. Por tanto el primer paso es disciplinar la mente para que nos lleve hacia donde queremos. Una mente fuera de control es capaz de gastarnos trucos, pero si la dominamos mediante un diálogo interior fuerte y persuasivo lograremos tener alguna posibilidad de sentirnos con fuerza, valentía, generosidad, amabilidad y organización.

Estos tres pasos quizás puedan ayudarte.

1. Visualiza. Cuando has pensado en un punto hacia el que dirigirte no te sentirás solo, todas tus emociones estarán allí también. Por eso es tan importante tomar algunas decisiones en lugar de solo esperar a que el tiempo ponga las cosas en su lugar. ¿Dónde te ves en un futuro cercano?, ¿cómo te gustaría enfrentar la situación que tienes delante?, ¿eres como te gusta o hay algo más que puedas hacer?

Una mente clara no gasta trucos, se mantiene en lo que le dicen. Si enfocamos la atención en aquello que nos asusta y paraliza, ¿de qué manera crees que sucederán las cosas?

2. Actúa. El paso más significativo una vez establecido el objetivo y creído que podemos llegar hasta él es empezar a actuar en esa dirección. Personalmente creo que lo que más puede ayudar a una persona a efectuar un cambio es modelar el comportamiento que quiere de otra persona que ya lo haya conseguido.

Modelar es imitar lo que una persona ha tenido que pensar, creer y hacer para conseguir un determinado resultado. No es convertirnos en esa persona, es entender qué ha tenido que hacer para llegar hasta donde está. Cada uno tenemos nuestra personalidad, nuestra manera de hacer y un estilo personal que debe ser mejorado. Sé tú, y coge de los demás solo lo que se adapte de verdad a tu forma de ver las cosas, o te verás convertido en alguien que no eres.

3. Aguanta la tormenta. No van a ser pocas las veces en que tratarás de mantenerte fiel, pero no podrás. Algunos días estarán hechos de todo menos de decisiones acertadas. Te verás perdido porque no te sentirás bien, esto es especialmente difícil de gestionar cuando no encuentras el motivo por el que ocurre. Respira. Todo está en su sitio aunque tú no lo puedas ver.

Ralph Waldo Emerson dijo: "No temas. Donde estés, hay vida. Donde ya no estés, solo hay oscuridad. Llena al mundo entero con tu voz. Es fácil para el hombre fuerte ser fuerte si vive en el presente y no se deja atormentar".

Tienes que aceptar que por lo general eres tú el que no se encuentra en su lugar. Deja reposar. Mantente disciplinado hasta que las aguas se calmen. No sirve de nada tomar una decisión cuando no eres capaz de asumir el control de la situación. Correrás cuando hay que pararse y hablarás cuando hay que estar callado. Respira y déjalo estar. En cuanto te sientas listo actúa.

Si no decidimos conscientemente los resultados con los que queremos convivir cuando las cosas están bien, veremos lo difícil que resulta sentirnos con capacidad para pensar con claridad en los momentos de peor dificultad. Y no hay ninguna garantía incluso en estas condiciones. Un día te verás en el espejo y creerás que la dieta no te está funcionando y antes de darte cuenta ya estarás comiendo mal. Otro sentirás que los pantalones no te entran, que el deporte no es lo tuyo, que estás haciendo el ridículo, que el gimnasio es para los fuertes. ¿Qué clase de fuerte dejaría que la cabeza le hablase como si fuera débil? No tienes por qué seguir alimentando más mentiras. Tú las has creado y tú las puedes eliminar si reúnes el coraje para verte triunfando en donde antes fracasabas.