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Clásico

Donde hay un sueño, debe haber un plan


Cuando los malos tiempos llegan, es necesario ocuparse de recibirlos. Si se tiene un plan y el coraje de realizarlo, los malos tiempos podrían acabar pronto. Si no se tiene un plan y no se hace nada para crear uno, los malos tiempos podrían acabar con uno.

 

Antes de saber si algo funcionará o no, lo que importa es tomar la decisión de que se hará todo cuanto se pueda para que esto suceda, entonces saldremos de dudas a través de la práctica y no de vacilaciones iniciales sobre esperar el éxito antes de tomar acción. Esto es lo que separa a quien persigue un sueño de quien sueña con no estrellarse nunca. Por muy bien que se nos ponga el camino, tarde o temprano terminará lloviendo.

 

Cuando se quiere trazar un plan para alcanzar un sueño, se debe hacer antendiendo a lo bueno y a lo malo que el camino nos quiera presentar y, sin temor a las tormentas, comenzar a caminar. Como dice Mark Twain: "El secreto de salir adelante es empezar. El secreto de empezar es desglosar las tareas complejas y abrumadoras en tareas pequeñas y fáciles de manejar, y luego empezar por la primera". Si somos como la mayoría de las personas lo más probable es que nuestro punto de partida no sea el más ventajoso, lo que no debe importar mucho, porque hemos decidido que haremos todo cuanto podamos para que nuestro plan funcione. Es lo único que se necesita para echar a andar.

 

Todo plan para alcanzar un sueño necesita pasos claros y sencillos. Dar pasos demasiado grandes sin saber si acabaremos donde queríamos puede traer quebraderos de cabeza, a la vez que desorientación. Cuál es mi posición y cuál es mi siguiente paso, así debemos actuar. Sin poderes mágicos no toques de suerte. Respondamos a estas preguntas: ¿cuál es mi plan?. ¿cómo lo voy a realizar?, ¿estoy comprometido con mi plan? Si las repuestas a la vez que afirmativas son esclarecedoras, tenemos las armas preparadas para la guerra que supone la intención de consecución de un sueño.

 

Por otra parte, un sueño sin tormentas no es un sueño, es una fantasía. Todo el que hace un largo camino no verá siempre rosas, también sorteará algunas piedras. Por esa razón algunos solo se quedan como soñadores dándose la vuelta antes de tropezar. No obstante para eso se ha trabajado en una estrategia que cuenta con todo tipo de pasos, de rosas y de piedras. Hablábamos de compromiso, pues este es el momento en que descubriremos cuán comprometidos estábamos con el sueño. Si una piedra es capaz de pararnos los pies puede que el sueño no fuese tan deseado como pensábamos.

 

¿Y si fracaso?, ¿si el plan no funciona como esperaba? Eso es lo que debemos esperar de los planes, por increíble que parezca, que no funcionen a la perfección. La improvisación es parte vital del camino hacia los sueños, y quien es flexible con su plan sabe adaptarse a las inconveniencias del camino. Lo del fracaso es mejor dejárselo a quienes están más pendientes de los resultados que del proceso. Un ganador lucha, avanza, y si pierde aprende. Un perdedor solo piensa en la recompensa final antes incluso de comenzar a luchar por ella. Cuando no la consigue o el camino se pone demasiado trillado, lo más seguro es que abandone y se marche sin haber aprendido nada y sin haber disfrutado apenas.

 

Un plan es tan solo una brújula, una pequeña guía de movimiento hacia un sueño que es posible cumplir. Es por eso que se dice que el movimiento es vida, porque con coraje para dar el primer paso y un plan bajo el brazo todo comienza a tener sentido. Es vital en este punto entender que raras veces los sueños le persiguen a uno, debe ser uno el que salga hacia su persecución.

 

Me gustaría acabar el post, y sirviendo como resumen clave del significado de perseguir algo grande en la vida, con esta frase del comediante y presentador de televisión, ya fallecido, Jonathan Winters: "Súbete al barco y comienza a navegar. Si tu barco no llega a puerto, entonces sal a nado a encontrarlo".