El artículo de esta semana lo había programado en mi cabeza para que versara sobre Alcalá Norte y el desmedido hype que hay alrededor del grupo. Tuve la ocasión de verlos en directo en el Patio Herreriano hace unos días en el Véral, y he de decir que suenan bastante similares a lo que escuchamos en Spotify (calibre personal para medir la valía de un grupo), pero, como ya pensaba antes de su concierto, no me parecen ese gran grupo emergente que tanta gente dice que son.
No suenan mal, pero lo que suena no me convence, no me enamora, no resuena en mi cabeza. Buena campaña en redes y reminiscencias de Carolina Durante con el cantante subido a andamios y con la camiseta del Pucela, como si de Diego en el Lava se tratara. Eso sí, camiseta vintage y con el escudo de verdad, ese tanto se lo llevan los alcalaínos.
Sin embargo, la mal llamada escena 'indie' española cada cierto tiempo nos depara una historieta macabra y de muy mal gusto. Quizás la más famosa, aunque haya sido enterrada por una industria que vive de él en parte, sea la de Mikel Izal y sus 'mensajes' a chicas. Como hay suficiente información en internet y la historia es ya añeja, dejaré que sea el lector quien se informe por su cuenta. La mujer del viejo verde.
La vergüenza del 'indiespañol' ha corrido esta semana a cargo de Bubby Sanchís, que solamente con el nombre ya debería indicarnos que algo falla. Este hombre, con antepasados en grupos de música filofascistas, ha sido despedido por WeGow, ticketera de la que es socio fundador, tras un altercado con Fonsi Loaiza (otro con un nombre que advierte) en la Feria del Libro de Madrid y la publicación de conversaciones de Whatsapp en las que que Sanchís decía textualmente que "se merece que le den bien".
Sin embargo, además de nazi, Bubby Sanchís es el guitarrista de Full, grupo que la gente que solo escucha Arde Bogotá y Shinova no conoce, pero que ni mucho menos ha sido una banda residual en la escena independiente de la música española. Además de contar con temazos como Distintos, no hace muchos Sonorama fueron el concierto B de Loquillo, algo que no se le otorgaría a un grupo sin más. Tienen otro tema conocido que versionan con, sorpresa, Mikel Izal llamado Tercera Guerra Mundial.
A partir de toda esta polémica, Triángulo de Amor Bizarro (grupo infravaloradísimo) ha dejado de vender las entradas en WeGow para unos conciertos muy especiales que darán en próximas fechas. Aiko El Grupo, en Twitter, comentó acertadamente que el personaje protagonista de la polémica solo ha sido censurado cuando su comportamiento (nazi) ha afectado a hombres, pero que mientras solo afectó a mujeres, con supuestos acosos y comportamientos machistas, nadie puso el grito en el cielo.
Martí Perarnau, alma mater de Mucho, integrante también de la banda de Zahara y voz autorizada en la escena, se despachó a gusto también en Twitter y respondió con un "Efectivamente" a un tuit que decía textualmente: "La industria que tanto se enfada hoy hizo ganador de mejor canción de pop a Mikel Izal hace una semana".
Si han llegado hasta aquí, saquen sus propias conclusiones. La industria del 'indie' español no deja de estar tan podrida como tantas otras generadoras de dinero en este país y no es el crisol de respeto, derechos y libertad que la propia industria vende. Por mi parte, soy de los que separa la obra del artista en un plano general y teórico, pero no estaría mal que tras el caso de Bubby Sanchís (Bubby, jajaja) se iniciara una pequeña gran revolución en la escena.