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Clásico

Los lunes al sol

Por El Viudo

F J LOSANTOS


No se alarmen, y con serenidad, aguanten hasta el final.

Imaginen que ustedes utilizan la línea de Auvasa que les lleva desde Parquesol hasta la Plaza de España. Los últimos doscientos días, a su lado se ha sentado la misma persona y después de darle los buenos días, a las siete de la mañana, se ha pasado todo el trayecto insultando a diestro y siniestro, con insultos graves, a todo lo que le ha parecido que no va con sus ideas.

El mismo rollo el tres de junio, que el veinte de marzo, que el ocho de septiembre o el doce de diciembre. Insulto, insulto, insulto... desde las siete de la mañana hasta las siete y media que más o menos dura el trayecto de Doctor Villacian hasta Plaza de Madrid. Seguro que ustedes al bajar, estén o no favor de lo que el pasajero dice, exclamarían: "Ay, madre mía, este hombre está enfermo", que es la típica frase que decimos cuando alguien nos da la chapa un día y otro y otro y otro sobre el mismo tema.

Ahora vendrán unos días que será tema de conversación recurrente, la salida de Luis Enrique, seguro que será así, pero dentro de quince días o un mes tema olvidado. Hace unos meses era obligatorio hablar del uso de la mascarilla, de lo que se sentía al primer pinchazo, de la falta de papel higiénico en los supermercados, o del calor asfixiante que hemos pasado este verano... pero esos temas duran lo que duran y punto.

Unas urnas dejaron en manos de distintos partidos políticos nuestro destino en esta legislatura que el próximo año acabará. Y es cierto que te pueden gustar sus acciones más o menos, que habrán hecho cosas bien, regular y muchas mal. Pero si todos los días desde las siete de la mañana, que te montas medio dormido hasta las siete y media que el bus te deja en la puerta de la oficina, el compañero de asiento, te habla de los independentistas, los proetarras y los comunistas, llega un momento que ya su mensaje no te llega, por lo cansino y aburrido.

Para escribir esta opinión y que nadie me tilde de mentiroso o exagerado, gracias a que hoy en día todo está, por suerte grabado, reto a cualquiera a que escuche los últimos doscientos programas del presentador y me diga un solo programa en que no haya insultado al gobierno actual, a los gobernantes anteriores, a la oposición... y a todo aquel que no piensa según su criterio. Y seguro que en algo tendrá razón, pero en todo... es imposible.

El problema no solo lo tiene él, el problema radica en que ya hay muchos pasajeros de esa línea que lleva desde la parte alta de la ciudad hasta el centro, que necesitan esa vitamina para vivir enfadados todo el día, necesitan esa droga que les haga estar enfrentados al mundo, a la sociedad y su entorno, ya durante toda la jornada. No hay día de descanso, ni de tregua, no hay bandera blanca posible. Ni una buena noticia a primera hora, ni un resquicio a la esperanza, ni una alegría que llevarse al cuerpo. Solo el caos.

Si ustedes conocen a alguien cabreado nada más abrir el ordenador, enfadado a la hora del café, histérico en el almuerzo y colérico a la salida del trabajo, no lo dude, puede que el compañero de asiento de la línea 8 de AUVASA se llame... F J LOSANTOS.