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Clásico

Va de series

Por Sergio Sanz Herrero

El valor para marcharse


En un pueblo en el que todo el mundo se conoce y en el que unas palabras o acciones pueden molestar a quien no debe, una profesora del instituto cruzó la línea. Si a esto le añades que el pueblo es gallego… Blanco y en botella -o en el formato que sea-. ‘El desorden que dejas’ te atrapa desde el primer momento, con un misterio y unos giros que mantienen la intriga hasta prácticamente los últimos minutos de la nueva entrega de Netflix.

 

Si todavía no la has visto, cuidado con los siguientes spoilers. Muchas veces en la vida necesitamos vivir una experiencia brusca para abrir los ojos y atrevernos a dar un paso. Es lo que le sucede a Raquel, perfectamente interpretada por Inma Cuesta. Atrapada en su matrimonio y sin superar la muerte de su madre, se vuelca para descubrir la verdad. Diferentes mentiras le hacen desconfiar de prácticamente todos los protagonistas, hasta de su propio marido.

 

Raquel acude al pueblo de su marido tras obtener plaza en el instituto del lugar, después de la extraña muerte de Viruca, la profesora a la que sustituirá. Todo el mundo esconde algo, aunque todas las miradas apuntan a uno de los alumnos: Iago. El personaje encarnado por un notable Arón Piper deja entrever que sabe lo que realmente ocurrió con la docente.

 

Poco a poco, el foco va centrándose en la familia del joven, aunque manteniendo la intriga de lo sucedido. Y es que el camino hasta la verdad tuvo diferentes curvas, en un trayecto marcado por las drogas, el sexo entre varios personajes y una gran tensión generada que te deja con las ganas de ver los ocho capítulos del tirón.

 

 

Cuando casi todo el mundo invita a Raquel a olvidarse de la muerte de Viruca, entre ella y el marido de esta -el único que siempre buscó la verdad- nace una conexión clave para que siguiera adelante con su propia investigación. Y es que todo comienza con un plan entre el matrimonio para saldar una importante deuda que finalmente acaba con el fallecimiento de la mujer, que cruzó la línea.

 

El desarrollo de los acontecimientos ayuda a los diferentes protagonistas a dar un paso adelante para, entre todos, destapar la verdad. Una verdad que otorgó el valor necesario a Raquel para marcharse -con el toque de Iván Ferreiro- y empezar una nueva vida que necesitaba para ser realmente feliz. Así, el desorden que dejó la muerte de Viruca sirvió para que el resto pudiera reordenarse y encontrar el camino.