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Clásico

Va de series

Por Sergio Sanz Herrero

El VAR del peor bar


Imagine que va al peor bar que pueda imaginar y se pide, por ejemplo, una ración de rabas. Unas rabas que le sirven recalentadas y con un olor no muy bueno. Pues así vive el Real Valladolid esta temporada, con raciones de polémica rancia agrandadas por un método, el VAR, que, supuestamente, llegó a LaLiga para mejorar las decisiones arbitrales.

 

No huele nada bien lo que está sucediendo con el Pucela, que en poco más de una semana ha sufrido tres decisiones arbitrales que le han perjudicado; aunque echando la vista atrás también hay fallos. En la más estricta actualidad, Óscar Plano no pudo terminar una jugada en Mestalla cuando encaraba la portería del Valencia por un fuera de juego inexistente que el VAR no corrigió. ¿Casualidad?

 

Unos días más tarde, en Copa contra el Getafe, otro árbitro tuvo que emplear varios minutos en tomar una decisión sobre un más que discutido penalti de Antoñito, quien aseguró que el jugador rival, Hugo Duro, le reconoció que fue él quien dio al blanquivioleta y no al revés. De cualquier manera, no fue una jugada con un manifiesto error, ya que si así hubiera sido la corrección habría llegado antes; sin dudas.

 

Como tampoco fue un error claro el gol anulado este domingo a Óscar Plano contra el Levante, en una jugada que tuvo parado el partido cinco minutos para que se revisara. Cierto es que parece que Ünal está un poco adelantado -digo parece porque ninguna de las tomas ofrecidas por la televisión lo deja muy claro-, pero lo que no deja dudas es que Oier, que ni protesta, ve perfectamente cómo sale el balón del pie de Plano.

 

Y es que parece que la mayoría de los árbitros no ha jugado en su vida al fútbol. Si te estás jugando el pase a cuartos en Copa y te hacen un penalti, lo protestas y no te levantas y chocas la mano con tu rival haciendo entender que no ha pasado nada; ni si disputas una final anticipada contra un rival directo y un jugador en fuera de juego te molesta, coges el balón de la portería tras el gol y se lo pasas a tus compañeros para que saquen de centro. No. Te comes al árbitro argumentando lo que crees que ha ocurrido.

 

Pero en Valladolid nos toman por tontos en el juego de Tebas, que, precisamente, esta semana se quedó con el culo al aire en 'El Partidazo' reconociendo la manipulación de las retrasmisiones de los partidos de LaLiga. Jugadores y entrenador siguen elevando la voz y haciendo públicas sus quejas, como en su día hizo el Atlético de Madrid o, más recientemente, el Levante y el Leganés. En Zorrilla, Ronaldo prefiere actuar en silencio, según explican los propios jugadores, pero eso parece no tener efecto.

 

El propio alcalde de la ciudad, Óscar Puente, exigió ecuanimidad en el trato al Real Valladolid, algo que no está sucediendo. El malestar en la capital dejó reacciones de más personalidades de la política local; de diferentes estamentos menos del que tiene que llegar. De momento, Ronaldo prefiere seguir yendo al peor bar a comer las rabas recalentadas y reblandecidas.