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Clásico

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Por Sergio Sanz Herrero

Messi y diez menos


El otro día, tras el partido entre Brasil y la albiceleste, vi un tuit que decía "Argentina no es Messi y diez más. Argentina es Messi y diez menos". Ese es el reflejo de una selección que hizo el ridículo en 'El Clásico' de Sudamérica. Los más obcecados siguieron echándole la culpa del 3-0 a una 'Pulga' que se sintió más sola que una chica plantada en el altar.

 

Porque es así: Messi no encuentra al grupo que haga de media naranja. En Argentina no tiene a compañeros que le abran espacios o con los que pueda asociarse para poder llevar a cabo sus diabluras. En su lugar, en ataque, tuvo a un Higuaín que se mueve menos que un cojín y a un Di María que ahora mismo está para que cambie su nombre -futbolístico- por 'Dramaría'.

 

Por detrás, a un Enzo Pérez que en banda estuvo más perdido que un calcetín sin su par y a un doble pivote, formado por Biglia y Mascherano, más defensivo que un púgil que solo se preocupa por no recibir golpes. Mientras tanto, Banega, uno de los jugadores que podían aportar algo en la creación, vio todo el partido desde la banda, sin participar en el drama. Igual que el Kun Agüero, en parte, que entró en el descanso y a los pocos minutos ya había provocado dos faltas al borde del área.

 

Pero, claro, si basas el planteamiento en no encajar y sales con una defensa a la que solo le faltó la típica música circense, apaga y vámonos. Neymar, Coutinho y compañía manejaron a su antojo a un Zabaleta que ya no está para estos trotes, a un Otamendi totalmente fuera de forma, a un Funes Mori sin rodaje y a un Mas que, como todos, fue menos.

 

¿Cómo va a poder hacer Messi algo con eso? Le puede salir una vez, en un desbarajuste de la defensa, pero Brasil concedió muy poco y en cuanto los desequilibrantes argentinos se iban de uno, rápidamente aparecía otro amarillo para realizar la cobertura. Porque no había más opciones. Se vio en la primera mitad: Leo contra el mundo.

 

Algunos argentinos ya se empiezan a dar cuenta de la situación real. Por ejemplo, en Radio La Red afirmaron que "Messi jamás jugó en un equipo tan malo como este". Y, no, el mayor culpable no es Edgardo Bauza, sino quien le colocó ahí. La AFA lleva tiempo sin saber por dónde le viene el aire y los ridículos cada vez son mayores. Ha tenido en su mano escalar en el fútbol mundial con una selección de nivel en la que se encuentra el mejor y que ahora se ha convertido en un circo. De los malos, por cierto.