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Clásico

Ilusionados por la política

Por Félix de la Fuente

España sí es el problema


No sé si Europa será la solución, pero lo que sí está clarísimo es que, como diría Ortega y Gasset, España es el problema. No es que España tenga un problema con algunas regiones, es que España es un problema en sí misma y sus regiones son un problema en sí mismas aún mayor. Somos el país con mayor tasa de paro, con mayor paro juvenil, con una educación muy mediana, con una deuda elevadísima y con una democracia que hace aguas por todas partes. Como para tirar cohetes.

¿Puede Europa ser la solución? Dando por supuesto y por probado que, si no fuera por la UE la situación de España sería aún peor. ¿por qué dudo de que Europa pueda ser la solución, en contra de la opinión de Ortega y Gasset? Porque la Europa actual no es la Europa de antaño. Con su entrada en la UE, España está contaminando a Europa. Puede que no seamos el único país contaminante pero sí somos el principal país contaminador. España es una parte dentro de las instituciones de la UE, y esa parte está viciada, llena de corrupción, de enchufismo, de mediocridad, de servilismo. Estamos convirtiendo a Europa en un problema. Y sé un poco de lo que hablo, pues lo he vivido personalmente.

He tratado de demostrar en las últimas semanas la necesidad de un idioma común para toda la UE, sin menoscabo de los demás idiomas, para reducir los enormes gastos que supone tener veintitantos idiomas oficiales. No estoy pensando ahora en ningún idioma en concreto. Sin un idioma común no podemos sentirnos unidos ni superar el nacionalismo que todos llevamos dentro.

Pues bien, como si veinticuatro idiomas oficiales dentro de la UE no fueran suficientes, alguien ha tenido la idea genial, para satisfacer a un prófugo de la justicia y un aspirante a amnistiado llamado Puigdemont, de solicitar multiplicar por tres dicha cifra. O ¿es que España va tener cuatro idiomas oficiales en la UE y Francia, Italia o Alemania van a tener menos?. Para limitarnos sólo a Francia, recodemos que dicho país tiene reconocidos como idiomas, además del catalán y del vasco, el corso, el bretón, el galó,el franco-provenzal, y el occitano (este último con un premio Nobel de literatura: Federico Mistral).  

Pero no es este el principal problema que España está creando en Europa. Nuestra falta de separación de poderes choca frontalmente con los valores de la UE, que son los valores de la democracia.  Como ciudadanos de la UE, tenemos el derecho y el deber de pedir a la Comisión Europea, que es la guardiana de los Tratados, que vigile nuestra democracia, que compruebe si en materia de corrupción las decisiones tomadas por España se adaptan a la directiva de la UE y a la propuesta de directiva que ella ha presentado. Mientas Europa trata de unificar las penas contra la corrupción, España las suprime.

Si Europa no es la solución ¿Qué nos queda?