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Clásico

Ilusionados por la política

Por Félix de la Fuente

¿Cuál debería ser el idioma común de Unión Europea?


La semana pasada traté de demostrar la necesidad de un idioma común para todos los ciudadanos de la Unión, para que todos nos sintamos parte de un mismo pueblo y no seamos extraños en ningún país de Europa. El euro nos ha unido mucho, un idioma común nos unirá mucho más. Los que no estéis convencidos de esta necesidad, no deberíais seguir leyendo, pues no quiero que me incluyáis en la lista de vuestros enemigos.  

Este idioma común debe ser compatible con el fomento de todos los idiomas maternos e idiomas nacionales de los países miembros. Pero, si os pregunto cuál debería ser este idioma, estoy seguro de que una gran mayoría os inclinarías por el inglés o por el idioma de  vuestro propio país. Pues no, no debe ser inglés por diversas razones:

Primero, el inglés no es el idioma de ninguno de los países de la Unión Europea. El idioma propio de Irlanda en la UE es el irlandés. Es verdad que el inglés es el idioma con el que mejor podemos desenvolvernos cuando viajamos al extranjero y el que más se utiliza en las relaciones comerciales. Pero actualmente  el inglés es también el único idioma imperialista que existe en el mundo, En segundo lugar, la UE debe seguir su propio camino y descolonizarse de los Estados Unidos. Es demasiada la dependencia que Europa tiene de los Estados Unidos en el campo comercial y en el ámbito de la defensa, como para que sigamos dependiendo de ellos también culturalmente. Europa debe seguir en buenas relaciones con los Estados Unidos, pero cuanto antes debe dejar de ser una colonia americana. Además, son miles de millones de euros lo que tanto Gran Bretaña como Estados Unidos reciben de los ciudadanos de la Unión con el aprendizaje del inglés y que bien podrían quedar dentro de la Unión. Hasta cierto punto, antes podría estar justificado por la presencia de la Gran Bretaña dentro de la Unión, pero ahora no.

 Tampoco debe ser el español, y me siento tan español y tan europeo como el primero. El español es un idioma despreciado e incluso odiado y prohibido en parte de España. Sí, los españoles siempre hemos sido un poco especiales. Unos lo prohíben y otros muchos aplauden o consienten que esos pocos lo prohíban. Si los propios españoles tan poco aprecian su propio idioma, ¿por qué lo  van a apreciar los otros ciudadanos de la Unión?  Además, no sabemos, si esto sigue así, cuántos idiomas propios tendrá España como país dentro de una década.  

No puede ser el alemán, porque, aunque es el idioma más hablado en la UE, es muy difícil de aprender y mucho más de dominar.

¿Cuál debería ser entonces este idioma común? Ahora me estoy buscando enemigos en todos los países de la Unión. Por méritos propios, por ser el idioma del país que más ha contribuido a la creación de este espacio común por el que nos movemos libremente, el idioma del país que puso la simiente de la primera Comunidad, la del Carbón y del Acero (la CECA), el idioma del país que ha sabido perdonar, a pesar de las consecuencias de la segunda guerra mundial, ese idioma debe ser el francés.  Franceses eran Jean Monnet y Robert Schuman (que también era luxemburgués). En París se firmó el tratado de la CECA.  El francés es un idioma propio de  Francia, Bélgica y Luxemburgo, un idioma latino, fácilmente comprensible para los ciudadanos del Sur. Y desde una perspectiva global,  es un idioma muy cercano a todos los países de Latinoamérica, países que en ciertos aspectos tienen un alma europea y cuyos ciudadanos -varios millones dentro de la UE- se adaptan perfectamente a la vida europea, es el idioma de los territorios franceses de ultramar y de muchas de las antiguas colonias de Francia.

De momento, no creo haber convencido a muchos. Pero, si contribuyera a iniciar un debate, ya me daría por satisfecho. Es hora de que saquemos de nuestros huesos el nacionalismo que llevamos dentro y pensemos en el bien de las futuras generaciones. 

Al menos, dejadme soñar con un idioma común para toda la UE en un momento en que en España estamos a punto de perder nuestro propio idioma común.