En mi último post abogaba proque el Real Valladolid  tenía que adaptarse o morir, no solo a un posible cambio de esquema sino también a Segunda División. Ha costado pero parece que este Real Valladolid ya parece ser un equipo reconocible en todos los aspectos que Pacheta quiere que sea. La endeblez mental parece ser ya cosa del pasado y Pucela es capaz de reponerse a los mazazos que recibe para sacar adelante sus partidos. 

 

Superó al Alcorcón, sin excesiva brillantez para romper la mala racha y desbloquearse y a partir de ahí el equipo ha ido evolucionando con dos victorias y dos empates hasta el punto de que este miércoles puede llegar la consagración del equipo si logra el triunfo ante el Ibiza para ostentar de manera real el título de contendiente el sábado en El Molinón.

 

El juego del equipo con la entrada de Álvaro Aguado ha mejorado dado su gran entendimiento con Roque Mesa, pero la vuelta de Kike Pérez puede dar mucho, como así se demostró ante el Leganés. Además la dupla Weissman-Sergio León, cada vez se entiende mejor y eso en ataque es sinónimo de peligro si llegan balones. Por otro lado la defensa poco a poco comienza a estabilizarse y si se corta con los errores de penaltis absurdos se vive mucho mejor porque el poco peligro que le crean a los blanquivioletas, lo suele solventar Roberto.

 

Como he dicho hoy es día de confirmación, de apuntalar lo poco que queda, ganar al Ibiza e ir a Gijón, no solo con opciones de ganar, sino de aspirar a darle caza al hasta ahora líder y meterse en la pomada por el ascenso directo. Al Eibar le ha costado, pero ya está arriba peleando por todo, ahora le toca al Real Valladolid de Pacheta dar el paso y comenzar a hacer realidad las promesas hechas.